Aunque la ciencia todavía no le da el debido crédito, el factor energético es de Fundamental importancia para la vida de cada uno.
Cada ser trae consigo un fuerte componente enrgético, resultado de la interacción entre el espíritu y el cuerpo, lo que es propiciado por el periespíritu o cuerpo Espiritual, intermediario y catalizador de ligación cuerpo – espíritu.
El componente energético es gerenciado por la mente, que lo maneja de dos formas: una automática o no consciente, y otra conciente, impulsada por la voluntad. Cuanto más evolucionado es el espíritu, mayor es el comando conciente; cuanto menos evolucionado, mayor es el comando automático. De cualquier manera ambos comandos siempre existen.
El componente energético del ser humano es consecuencia del funcionamiento conjunto y unitario del cuerpo y el espíritu, reflejando el estado de la complejidad humana, o sea es consecuencia del equilibrio mayor o menor del cuerpo y el espíritu simultáneamente el estado de equilibrio del cuerpo y el espíritu determina la calidad del componente energético. Es esa calidad la que condiciona qué tipos de energías el individuo afianza y asimila, pues el componente energético es constantemente renovado por la metabolización de energías existentes en las el ambiente. Y las energías que absorbemos son aquellas que afianzamos, o sea, las que corresponden al patrón de nuestro componente energético.
En cuanto a nuestro cuerpo físico, para que este segmento contribuya con una energización positiva, es necesario que esté en equilibrio, o sea, saludable, Bien cuidado!.
Así tambien el componente etéreo superior debe estar en equilibrio para poder contribuir con la energización positiva del componente energético. Para tener la mente equilibrada, tenemos que estar en equilibrio con la Ley Divina o Natural, o sea, orientar nuestra vida de relación con los semejantes y con la naturaleza de acuerdo con la Ley de Amor. Claro que
todavía somos imperfectos y muchas veces infringimos las leyes naturales. De ahí la necesidad constante de vigilancia, para que erremos menos, e cuando erremos rapidamente corrijamos los errores y redireccionar nuestra mente y pensamientos para el bien y el amor.
El componente energético tiene, por lo tanto, una gran interacción en los dos sentidos (ida y vuelta) con el cuerpo físico y con el etéreo superior, uno afectando al otro.Es fácil entener que para que seamos saludables física y mental/espiritualmente, tenemos que tener energías equilibradas y vice-versa.
Un antiguo dictado greco-latino ya nos decia “mente sana en cuerpo sano”. Eso demuestra una verdad, por las interacciones explicadas. Por eso nos debemos preocupar siempre por el equilibrio de todo el ser, mental y físicamente. Eso tambíen nos alerta para que, cuando estamos con problemas físicos, enfermos, tenemos que reforzar el patrón espiritual, o sea, buscar la compensación energética global por una mayor elevación del patrón espiritual, para no decaer energéticamente. Esto yudará a que el cuerpo tienda a readquirir el equilibrio, o sea, se vuelva saludable.
Quien se entrega a la enfermendad, o sea, no compensa con una mayor equilibrio espiritual, se desequilibra energéticamente, lo que agrava la enfermedad física y desequilibra más el espíritu. Este hecho es fácil de constatar observando como las personas enfrentan las enfermedades y dolores físicos y los resultados de la actitud Mental y espiritual de cada uno.
Dentro del sistema automático de la administración del componente energético de la complejidad humana, un de los factores que influye es el pensamiento, la actitud mental. A donde vaya el pensamiento, se ata nuestro componente energético. Se nuestro pensamiento está equilibrado, nos atamos, absorbemos y metabolizamos buenas energías. Lo contrario también es verdadero. Pensamientos en desequilibrio nos atan a energías desequilibradas, las cuales asimilamos y metabolizamos, incorporandolas a nuestro componente energético, con las consecuencias de eso nuestros pensamientos reflejan la actitud mental, nuestro verdadero interior.
Si nuestra actitu mental es equilibrada, nuestros pensamientos serán equilibrados siendo lo contrario también verdadero.
Quien tiene actitud mental positiva, tiene comportamiento positivo en las actitudes de la Vida, del día a día.
Para estar siempre en contacto con las buenas energías, necesitamos estar emitiendo siempre pensamientos positivos, equilibrados. Por lo tanto, para nuestra seguridad y equilibrio físico y espiritual (salud) tenemos que estar emitiendo pensamientos positivos.
Por lo tanto tanto, para emitir pensamientos positivos, tenemos que tener actitud mental positiva, y eso no puede prescindir de actitudes prácticas (comportamiento y Relación) positivas (voluntad al bien y al amor).
Podemos resumir afirmando que solo se tiene pensamientos positivos cuando
nuestra actitud mental, y por lo tanto, nuestra práctica (actitud) diaria sean positivas, o sea,
se traduzca efectivamente en la práctica del bien y del amor.